En realidad existían muchos ‘taitas’ en Quito, pero Taita Pendejadas era especial. Su nombre era Eliseo Sandoval, el más popular de Quito. ‘Taita’ proviene del quichua y significa ‘papá’. Y ‘pendejadas’ porque don Eliseo decía tonteras y hacía travesuras por las calles de Quito… Vendía tornillos, latas, fierros y cosas viejas. Con ello sobrevivía.
– ¡Compre, compre vecino. A precio de nada compre las maravillas que le traigo. Mire, observe y pague lo que vale!-.
Así gritaba este buen hombre, viejo, harapiento, con pocos dientes, sonreído y una bolsa al hombro. Y los niños seguían detrás de él haciendo bulla.
Este era el Quito de ayer y de siempre. Aquel que con sus personajes daban carácter a una ciudad que, poco a poco, fue descubriendo su riqueza histórica y monumental, y se abrió a la modernidad.
Texto: El Comercio / Foto: Mateo Barrera | Monólogo Teatral Taita Pendejadas